Trovadora de Sueños e ilusiones

miércoles, 30 de mayo de 2012

Noches de desvelo

I



Esto es un sinfín de palabras, es un manuscrito sin tinta, es el real de lo impuesto, un cretino sin criterio, una diversidad nunca antes vista y un ave sin sus alas. El cincel se ha alzado pero se ha detenido a medio camino ¿Qué hacer, pues? ha olvidado su rostro, su aroma, su cabello, no puede recrear el brillo de sus ojos ¿Qué puede cincelar? Quizás... administrar un nuevo comienzo, inventar un nuevo dios con una sonrisa más dulce. Comienza otro ser, otro infinito ¿Es una cadena sin un fin? ¿Es una espiral de muerte? Pule, pule, pule, resalta unos bellos pómulos como si estuviesen florecidos. La boca frunce un poco hacia arriba, la abulta como si fuesen dos frutos rojos. Sigue con las pestañas... unas avecillas tan negras como el azabache más oscuro de la noche. Termina con las pupilas que son dos excitantes esferas tan sinuosas que no le permitió seguir más. 
Aquella estatua había cerrado los ojos.


II

Es una manchita muy chiquitita, del porte del dedo chiquito. Está posando sobre el alféizar de la ventana. Hace mucho frío. Algunos durmieron, otros siguen en vela como yo. Se escucha a Queen y atrás algo un poco más movido. Siento la necesidad de desfallecer un momento, contemplando un cielo estrellado de bellas estrellas, entrenlanzada en tus dedos, durmieron apretujadita a ti. Cabeceo un poco. ¿Qué otras fantasías se pueden tener después de una gran noche en vela? Puede que una cama sea lo más reconfortante (Aunque no me importaría dormir en algo duro si puedo estar con quien deseo). Muchos hacen trazos, borran, esparcen los restos y vuelven a trazar. Bostezo. Mi celular muerto. Lo cargo. Acaban de poner flamenco, es una buena música. Aún me sigue doliendo la panzita, mucho, mucho, mucho... no, no tan mucho pero sí un poquito bastante. ¿Dormir...? ¡Quiero dormir con mi amor!

III

¡Pido una careta! ¡Una careta de dos orificios de ojos y otro chiquito de nariz! ¡Pido que sea roja, tan roja como la lluvia inerte que con sus gotas desnuden el corazón de un arlequín! ¡Deseo que no tenga soportes, que se adhiera a mi cara como otra piel más tersa y límpida que la mía propia! ¡Que tenga unos puntillos celestes, colibríes y tornasoles tan ocultos como las estrellas del ocaso! ¡Este punto infinito que cobra una nueva copa, pido por último, un fulgor que me regocije y me sumerja en burbujas sonrientes, en una fiesta brillante, en ese instante lánguido y taciturno que no fallece y decae! Quiero, pues, un pensamiento final para recordar y pensar sin arrepentirme y llorar.