Trovadora de Sueños e ilusiones

jueves, 30 de septiembre de 2010

Cuarto de reconciliación



  Estoy sumida en ese cuarto de reconciliación que dispone mis lágrimas en montoncitos de heridas que el tiempo piensa derribar. Mis manos se encrespan como papeles que quieren ser escritos y mi alma tiembla impaciente ante la llegada de lo que espera aún, indecisa si realmente quiere que llegue.

  Mis lamentos rebotan entre sus esquinas, cada uno, trayendo una tranquilidad ilusoria. La realidad de mis sueños se manifiesta ante mí, alejándose y acercándose, cada vez con más fuerza. La nitidez de la reconciliación abraza mi inquietud... No sé si realmente quiero que llegue.

  Llegar es la palabra clave, Volar es el motor de mis pies, Descansar es lo que se escapa, y 
Árbol es donde quiero estar. 

  Si llegase, prefiero que sea allí. Las heridas son más limpias si es allí, en el claro de a la sombra de los grandes. Quisiera tumbarme en tu calor y derramar las últimas lágrimas...

  Pero tendría que llegar, otra vez, y eso también es doloroso. Duele, duele y aquello no lo sabe, sólo llega.

  Aunque igual quisiera estar con tu calor que me haga latir una vez más, que me haga resplandecer y reír con la bella vida de mis sentidos.

  Si es tu calor... Pues, entonces, ansío su llegada. Que nuble mi razón e hinche mi pecho, que haga la vida en mi corazón marchito. Que me haga ser feliz contigo y conmigo.
  
Que me haga amar otra vez.


miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pequeños monstruos



  Mis pequeños monstruos de lengua parlante y anchas manos. Me acompañan en mi mente y en mi mochila, escondiéndose entre las parrillas de las mesas y viéndome con sus ojos brillantes y apagados en los estantes de memorias detenidas en el tiempo. Ocupados en esperar manos ansiosas que los acaricien, y que ansiosos ojos busquen una prueba en sus palabras. Sonríen cuando son abiertos, empapados de la luminosidad del día.

 Mis pequeños monstruos que yacen tranquilos con el polvo, me susurran cosas que son abstractas en las cajas con enchufe. Tan frágiles en la furia roja y tan fuertes en la idea real. Son imitados y clonados, pasando por cada alma curiosa, con esas hojas con números. Algunos les salen canas y otros se mantienen jóvenes, manteniendo su memoria intacta a diferencia de la mía que se pierde con cada hora de pestañeo.

  Mis pequeños monstruos que ya están siendo puestos en los estantes podridos. Saben que su voz será cambiada por las imágenes y que su sombra será borrada de los ocasos. Pero, mientras tanto, me siguen cuando los busco, y me llaman cuando medito. Si pudiésemos hacer un collage lleno de color, yo haría un salón lleno de mis pequeños monstruos.
  

Amiga mía



Deja que la paz gobierne tu ser
libéralo de todo las magullaras
de rencores que han espantado
de alegría de tu sonreír.

Aléjalos y ríe, ríe muy alto
que no volverán a herirte
que tú serás más fuerte
y más viva de creer en ti
y en todo lo que puedes hacer.

Que serán sólo recuerdos
que el cariño atesorará como tal
que te harán feliz en retornos
de tu memoria al pasado
que ahora lloras amargamente,
desolada y desorientada.

Déjalos fluir, que se vayan
pues no deben volver en ti
ni muchos interferir
en la felicidad que tendrás
y que está muy dentro de tí
esperando ansiosa tu abrazo
para darle la bienvenida.

Quítate esas lágrimas tristes
que provocaron labios insensatos,
tíralas y deja entrar el verdadero amor
el amor que sólo tú sabes
ése amor que espera paciente
a que tú lo guardes dentro
y que no lo dejes ir
pues él no será irá de ti.

Disfruta y disfruta tu alma
lo bella que es y que nos une
pues la verdadera quien eres
es tan pura y magnifica
que muchas envidias de soslayo
te intentaran opacar y degradar
como la bella flor deshojada
pisoteada por ruedas
y arrancada por la lluvia nublada.

Vamos, piensa en lo venidero
que es creer en tu persona
y confiar en tu corazón.
Vamos, yo te tiendo la mano
para que sigas tu camino
a pesar de todas las piedras
que te causen tropiezos
de las que sé que saldrás airosa
pues quien sufre y pierde
es feliz y gana más de lo que deja.  


El ángel y la elfo


Era un ángel de fina mirada, de una bella sonrisa y de cabellos largos castaños. Hablaba con una elfa de tibios ojos, de fino canto y ondulado cabello rubio. Hablaban de los hombres, mortales de frágiles recuerdos. Aquellos que olvidaron ya a la elfa y que pronto olvidarían al ángel. 

   La primera era amada y respetada por aquellos. Cada vez que la veían contando cuentos a los nacidos, que se convertían, después, en grandes trovadores y caballeros.

  El segundo era adorado y apreciado por aquellos. Cada vez que aparecía en los sueños de los elegidos por su Señor, que se hacían, después, en estoicos profetas y reyes.

  La elfa le gustaba caminar por los bosques, cantándole a las flores y a la dicha de aquellos que la habían olvidado con sus metales y horarios.

  El ángel le encantaba volar por los cielos, alabándole a Dios y a la felicidad de aquellos que estaban pronto por olvidarle con sus misiles y leyes.

  Ambos intentaban llegar a una conclusión que les diese un poco de tranquilidad después de todos esos años que han visto como aquellos se desvarían por llegar a un acuerdo entre sus pieles y biblias, sus fronteras y comida.

  Sonrieron ambos cuando el sol declinó. Habían acordado un acuerdo que los alegró.

  Ella iría por las cunas y volvería cantarles a los nacidos los cuentos de sus antepasados y poesías de esperanza.

 Él iría por los sueños y volvería a susurrarles a los elegidos las palabras de confianza y fe y sabiduría de su Señor.

 La elfa cantó una nota de júbilo y una flor nació de sus manos y se la enseñó al ángel.

 El ángel posó sus manos contento y un pajarito pequeño se posó entre los pétalos de la flor de la elfa.

 Los dos la posaron en el suelo y le dieron sus bendiciones. Para cuando se fueron, un manto florido inundó las hojas de los poetas y el valor de los luchadores de la realidad. Y grandes alas elevaron las palabras de los creyentes y a la razón de los líderes de pasos grandes.



Sueños Mariposas



  Hay sueños que son como las mariposas. Nacen pequeñitos, mirando el azul y la inmensidad del cielo. Lo miran días tras día, naciendo en ellas un amor que las ilusiona y las adormece. Cuando sintieron que sus párpados fueron más pesados que su propio cuerpo, cogieron sus mantas de seda y se cubrieron con ellas para que el frío de la noche no las atrapase. Para cuando despertaron, unas alas coloridas sostenían sus cuerpos y sus almas se hicieron más livianas. Miraron otra vez al cielo y, sin darse cuenta, se lanzaron al vacío y las corrientes del viento las tomaron y las elevaron en donde estaba su amado cielo.

Origen



  Hay un trompo en una mesilla que gira. Sé que estoy durmiendo porque gira sin detenerse, en giros perfectos de un vals. Sé que estoy despierta porque el trompo a empezado a tambalear y a caer lentamente por el vacío de mi conciencia. Creo despertar de lo que creí dormir y ahora estoy aquí abrazando a la realidad que tu juraste soñar.


De la película Origen

martes, 21 de septiembre de 2010

Isla



En busca de otro mar
un día yo fui a buscar.
Fui por tierras y por montes
y encontré mi horizonte
una isla de vigías de piedra
que contenía mi triste pena. 
Allí, y sus manos floreadas
sentí mi alma entusiasmada
que con su calor recio
me recibió energético,
con su sonrisa exótica
y mi tristeza indómita.
Se unió a mi corazón
una ráfaga de pasión
desbordante e inquietante
me sentía importante
cuando susurrabas en tu lengua
ese idioma de mi tregua
acallando los recuerdos
y reviviendo los momentos
de mi más fiera entidad
de mujer en felicidad.

Vacío


Miradas de un vacío
emergen de un suspiro.
¿Qué pasa hoy que todo se desvanece?
¿qué pasará ahora que el cielo se oscurece?
y ¿qué pasará contigo?
que ya todo se pierde
en el vacío interminable
de nuestras almas...

Si mis manos yacen vacías
en tu conciencia ya ida
¿Por qué has dejado que se valla el tiempo?
¿Por qué has dado todo lo que poseo?
y ¿Por qué ya no vuelves?
que la soledad estremece
mi más sincera oportunidad
como el adiós de tu boca...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Primer amor

  
   La recuerdo como una niña que sonreía con su corazón por simples gestos de amor. Una simple caricia, una simple mirada, un simple roce, eran suficientes para llenarla de una apasionada pasión.

 La recuerdo sentada soñando con su voz y con sus ojos, moviendo sus piernas en un vaivén en la silla del colegio mientras que en la mesa se hallaba una prueba a medio llenar.

 La recuerdo impaciente de llegar el término de la clase e ir rápida a donde él se hallaba. Sólo los minutos la separaban de su tierna ilusión.

 La recuerdo correr entusiasmada por las calles, con su mochila al hombro y su pecho temblar de emoción. Con cada paso se acercaba más.

La recuerdo que se inventaba cada palabra bella de su boca, intentando que él las pronunciase para ella. Siempre buscando su cariño, su comprensión, su entrega, su corazón, su amor.

 La recuerdo lamentándose de su ilusión rota, con las pocas muestras de sus latidos solitarios quienes no tenían con quien latir. Echándose la culpa de su fantasioso sueño muerto.

 La recuerdo que le pedía a su amor alguna explicación. Él no contestaba, sólo se apoyaba en las dificultades del entonces, un problema de descontento con terceros.

   La recuerdo triste cuestionando el sentimiento que los había unido. Con las hojas rotas de un poema de sus sueños.

  La recuerdo suspirando brindando todas las suertes a él. No podía odiarlo y tampoco podía amarlo, sólo un cariño sentía por los momentos que habían pasado juntos.

  La recuerdo dando sus esperanzas al viento, cada fe de sus ojos se iban con las nubes del cielo, en busca de otro corazón que la acompañase con sus sueños reales de amar y no de soñar.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Son mi alma y mi corazón


¿Quién fue capaz de robar una ilusión y dártela a ti?
¿Quién pudo escribir una canción con tus sueños?
¿Quién ha hecho una esperanza para que seas feliz?
¿Quién hizo la historia que está en tus recuerdos?
¿Quién consiguió obtener tus anhelos de soñadora así? 
¿Quién provocó tu primavera de momentos tiernos?
¿Quién quiso dejarte todas las promesas en un fin?  
¿Quién tubo la certeza de ser fuerte primero?
¿Quién te ha dejado con las culpas hechas sin redimir?

Son cosas perdidas que se las lleva el viento,
son suspiros lejanos temblando en fotografías, 
son caricias que se conservan con el tiempo,
son miradas que menguan en una sonrisa,
son latidos detenidos en un único momento,
son besos manchados de creciente melancolía,
son miradas buscando el buscado cariño eterno,
son tristezas que marchan llorando las alegrías,
son mi corazón y mi alma que ya no poseo.

Que alguna vez tuviste tú...




El de los ojos castaños



  Y así, emergiendo de una realidad esquiva, tan difícil que se escapaba. Apareció de entre las fauces de la muchedumbre, avanzando con lentitud entre una marea que se ocupaba de sus pasos. Me miró con sus ojos castaños, impotentes, bellos, que me dejaron perdida en mar de casualidad. 

  El viento pasó y elevó sus cabellos largos de miel oscura, que se escurrían por sus hombros con cada paso que daba hacia a mí. 

  Un rápido cruce de segundos y una mirada insólita que se fijaba aún más en mi ser, intentando quizás, tocarme con sus pestañas curiosas. 

  El atardecer nos bañó lenta y pausadamente y nos dio un toque sobrenatural al instante.

 No apartaba su vista de mi para cuando ya nos habíamos alejado. Y yo no había dejado de pensar en sus ojos castaños...

 Para cuando volvió el tiempo, yo hablaba de una película con mi amiga que acompañaba.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Nueva estrella



Seas bienvenido a las cinco estrellas,
seas aventurado con tu mayor destreza,
seas con el liderazgo de tu comarca
y seas bien atento a lo que nos pasa.

Ten la fuerza del mayor soberano,
ten la sabiduría del gran ermitaño,
ten la valentía del estoico caballero,
y ten la creencia del humilde compañero.

Cree en la causa que nos convoca,
cree en la palabra que nos provoca,
cree en la unidad que nos identifica,
y cree en la confianza que nos glorifica.

Compromete vuestra leal lealtad,
compromete vuestra bella bondad,
compromete vuestro ideal ingenioso,
y compromete vuestro honor esplendoroso.

Como brillantes ojos del ocaso,
como profundas huellas del paso,
como respetadas espadas del ruedo,
y como grandes escudos del recuerdo.

Únete a esta creciente aventura,
únete a estas hazañas que perduran,
únete a esta nueva leyenda,
y únete a estas cinco estrellas.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Flores



Una flor de tornasol para mirarte, corazón.
Una flor de tulipán para que seas mi felicidad.
Una flor de lirio para que tengas mi delirio.
Una flor de violeta para tenerte en mi silueta.
Una flor de narciso para que seamos los mismos.
Una flor de iris para dibujarte un arcoíris.
Una flor de rosa para darte muchas cosas.
Una flor de cerezo para contarte mi secreto.
Una flor de manzanilla para ser tu chiquilla.
Una flor de jazmín para que me una a ti.
Una flor de azucena para ver tu faceta.
Una flor de camelia para ser tu experiencia.
Y una flor de clavel para tenerte en mi querer.




martes, 7 de septiembre de 2010

Búscame...



Camino con pies cansados un camino que parece largo y quejumbroso. Las luces se muestran tenues a mí alrededor y yo sólo presiento un recuerdo que me insta a seguir hacia el final de las aguas. Es tan fuerte e insistente que me aferro a su abrazo con timidez, extrañando su calidez, esa que me hacía esperar la fortuna de pensar un futuro que ahora se mantiene abierto, pero ya no con tu sonrisa. 

Si hubiese entendido lo que iba a continuar, quizás hubiese soltado antes tu mano y me hubiese devuelto a la tormenta. Pero no lo permitiste y me guiaste en el camino que ahora voy con sus aguas. Buscas con mis ojos otros ojos, otra voz que me llama muda entre los árboles. Quizás la oíste o quizás sólo la oí yo, pero sus susurros se mantenían latentes en mi cabeza. "Búscame, búscame" decía "Confía que me encontrarás...". Seguía atada a tu brazo y me mantenía sorda, ignorándolo por momentos.

Costaba tanto alejarme de tu calor...

Su voz continuó, incitándome a voltear. Te miré y tú sólo sonreíste sin sonreír, esa sonrisa que sólo se finge en un segundo antes del final. Se empañó mi vista y eso fue suficiente para girar y buscar su voz. La hallé, sí. Oculta entre muchas malezas, perdida en muchos sentimientos. Para cuando quise tu mirada, tú ya no estabas, te fuiste en cuanto había volteado.

En eso sentí llorar el dolor.

La voz siguió instándome a buscarla. Lo hice y algo infló mi corazón, algo mágico y envolvente. Una mariposa se posó en mi dedo y depositó en mi piel otra extraña sensación que tornó mis poros de un suave tornasol. Vi como se iba, ligera con el viento y majestuosa en el vuelo. Otros susurro de su voz recorrió mis intereses y lo hallé sentado al lado de mí, enseñándome matemáticas.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Adiós


Hay esperanzas que mueren si dejamos que la desilusión las oprima. Como los sueños que se escurren en fuentes rotas por el olvido. Si dejamos que esto pase y alejemos lo que un día fue nuestro, eso que unió nuestros latidos en uno y nuestros suspiros en fe. Nos estaríamos desgarrando del alma algo que nació inocente y puro y que estaríamos ensuciando con rencor y furores todo lo que una vez hubo. Pero no puedo llegar a eso y sólo el cariño queda como rastro de lo que una vez fue motivo para mi felicidad y valor de enfrentar la adversidad.


Me gustaría


Me gustaría invitarte un día a aquel prado que tanto te gustaba ¿recuerdas?, aquel que me hacías soñar en un futuro repleto de magia y sinceridad. Como tantas personas que de tu mano han logrado ver eso en la luz de las estrellas. Me gustaría llevarte allí y escuchar de tu boca si yo pude entender lo que un día me dijiste susurrando mientras fingía dormir, aquello que era un secreto y que sólo yo podía entender para ti. ¿Sabes? creo que si la valiese la pena hacerlo, yo sólo lo haría para ti tal como lo hicieron los demás. Pero me gustaría que fuese un secreto y que sólo tú supieras, estar en tus brazos y contártelo todo así, de a poquito porque en ése prado no hay tiempo que vuele ni esperanza que muera.

La verdad



Sincerarse es algo tan difícil como esperar que la flor abra sus pétalos. La mentira la empequeñece por un tiempo dejándola triste y alejada de sí misma, como si no fuera ella. Pasa el tiempo y los vientos del aire la animan a ver el Señor del día que tanto adora, cada día la mima para que tenga el valor de ver. Pero ella teme que sea reprendida y deshojada cruelmente por ser débil y pequeña y espera tímidamente a que se olviden de ella. Un día, una mano grácil y liviana le rozó sus pétalos, la pequeña flor tiritó de espanto pero se dio cuenta que la mano sólo le había rozado con suavidad. Curiosa, abrió un poco sus brazos de flor y vio una dama sentada entre las nubes que la miraba. Era bella y su cuerpo estaba rodeado de una luz plateada. Le sonrió y le dijo que ya era hora de afrontar sus dudas y temores. La pequeña asintió anonadada y, para cuando se dio cuenta, la dama era rodeada de unos brazos fuertes y dorados, tornando al cielo de una fina aurora. La flor se cerró más en sí misma, incapaz de afrontar esa luz. Sus raíces fueron siendo alimentadas de una fina aura que luego recorrió sus hojas y su corazón. Se ladeó un poquito y vio como sus compañeras se abrían hermosas y coloridas ante la pareja que los veía sonrientes. El deseo de seguirlas fue fuerte pero ella se resistió. Asustada miró de reojo a la dama que estaba de sentada junto a ella. Sintió como está la volvía a acariciar y le decía con palabras mudas que tuviera valor. La flor asintió y la contempló unos instantes para luego mirar al Señor del día que miraba hacia otro lado. Respiró hondo y poco a poco fue abriendo sus brazos, dejando que la luz de la Dama de la noche la envolviese. Para cuando el señor le dirigía la mirada, ella estaba bella con sus pétalos abiertos, recibiendo todo el calor y comprensión que tanto necesitaba. La dama la dejó estar y se fue suspendida por palomas que la alzaron al vuelo como unas pequeñas estrellas izando a la luna. En cuanto a al señor, la siguió contemplando desde las alturas de su hogar, agradeciendo que la pequeña flor haya tenido el valor de llegar a ver el mundo y quitarse la mentira que tanto la agobiaba.


Nosotros


Una vez había oído que si lanzas un deseo al cielo acompañado de una estrella se cumplirá. Como también que si dejas las esperanzas en un soplo de una flor blanca le llegará con todo al corazón. Creo que si hay manos y muchas manos se pueden formar un puente que nos puede llevar a un arcoíris con rumbo a la luna, en donde se esconden los sueños de cada mano puesta resguardada por los rayos del sol. Sé que si sólo alargamos un poco la vista y ponemos en ella la fe con nuestros ojos, podríamos ver que lo que tanto se mantiene esquivo, como el amor y la amistad, se mantiene siempre presente esperándonos a que nos dignemos a verlos. Humildad quizás sea la clave y valor sea nuestro guía. Sinceramente, espero que la realidad de sufrir sea la ruta que nos lleve a la felicidad que tanto esperamos, pues no hay sonrisa si no hay llantos y amor si no hay odio. Sólo me gustaría que tomases mi mano cuando realmente veamos lo que significa ser esencias de un mismo Dios.