Hay esperanzas que mueren si dejamos que la desilusión las oprima. Como los sueños que se escurren en fuentes rotas por el olvido. Si dejamos que esto pase y alejemos lo que un día fue nuestro, eso que unió nuestros latidos en uno y nuestros suspiros en fe. Nos estaríamos desgarrando del alma algo que nació inocente y puro y que estaríamos ensuciando con rencor y furores todo lo que una vez hubo. Pero no puedo llegar a eso y sólo el cariño queda como rastro de lo que una vez fue motivo para mi felicidad y valor de enfrentar la adversidad.
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