Trovadora de Sueños e ilusiones

martes, 11 de enero de 2011

Palabras de un enclave roce


Tocar, tocar, tocar ¿Oíste el ruido?

¿Cómo podemos contar todas las estrellas del cielo?, ¿Cómo se podría crear una arboleda de multicolores y una finta de realidad bella? Una sinceridad marcada de caminos rozados con mis dedos luego de tanto pensar en qué trazar… Un rapsoda de memorias y recuerdos bordados de pétalos risueños que forman un calor nuevo, una voz nueva que susurra tanteando mis cabellos.

Buscar, buscar, buscar ¿Qué querrías encontrar?

Mi más puro dejo de anhelo que se muestra en mis pestañas devoradoras, sonrojadas de caricias de un imprevisto momento, cerradas sin poder pronunciar más… ¡Felices de soñar despiertas un instante que marcó un presente del pasado! Oh… ¡Presente que late con latidos independientes de mí!

Creer, creer, creer ¿Debería creer en ti?

Sentir que la arena se escapa traviesilla en las fuentes del compartir, cual moribundo que sonríe antes de dormir. Más paciencia que se entabla si quiero seguir investigando los tesoros de sus pupilas nerviosas, un verdadero dilema de mi naturaleza curiosa y apasionada ¡Ay, que quiero ver que es lo que ocultan!

Mirar, mirar, mirar ¿Deseas que hurgue en los misterios de tus manos?

Oh, oh, oh… Me he acelerado un segundo antes de escucharte. Pero el tiempo apremia y aspiro contemplar una nubecilla que tú contemplas. ¿La verdad? Sólo sueño una sonrisa tuya para guardarla conmigo y mantenerla cercana de cualquier contratiempo. Una conciencia autónoma de mí que me hable de ti.

 Confiar, confiar, confiar… Yo deseo crear una flor.

viernes, 7 de enero de 2011

Letanía de un compás


¿Dudo? Sí, dudo.

Dudo porque mi llanto ya no nos pertenece, dudo porque este baile se ha acabado, y dudo porque mis manos ya no pueden entrelazarse con tus dedos.

 ¡Oh, mírenme! ¡He dudado otra vez de ti!

Dudo y dudo porque he de reconocerlo otra vez y el beso de su calor me agobia el clamor. ¿He de volver a esperarlo así? Tan impaciente, tan voraz, esa imagen que se desvanece en diminutas avecillas que revolotean en mí para convencerme en otra caída al abismo impaciente.

Dudas…

Volví a dudar triste y fugaz al creer un soplo candente de un latido insensato que creí fatigado y tranquilo ¡Pero no! No descansa y me incita a proclamar las estelas de un telar que me pertenece y que he dejado por miedo a verlo otra vez.

¿Es bueno que dude de esto?

No sé, no sé… Tratar es un verdadero tanque de mil emociones que se escapan a mi percepción. ¡Vamos! Da por hecho que se ha acabado y que unos nuevos labios te llaman en la oscuridad. Funestas son las dudas y dudo de ellas pues su alma se presenta otra vez ante mí, con otro cuerpo, otra sonrisa, otras palabras, otro ser…

Dudo ¿Y de qué?

Es… Es distinto muy distinto y dudo porque me ha dejado una canción que deseo escuchar de su voz intacto de dudas, una voz que me abrace y me lleve a los márgenes de una contienda deliciosa de puntos completos, una canción de bellísimos acordes de la cual nunca pude escuchar de sus fallidos intentos de proclamarme como suya.

Y dudo porque ya no dudo del que si es posible bailar otra vez.

miércoles, 5 de enero de 2011

Vendados


No se puede vivir anclada a una nube ni tampoco a la fingida luz de una estrella lejana. Dos buques de naufragio no pueden compartir su petróleo ni un bosque de salamandras apagarse de un suspiro…

No, no se puede pues las velas se mueren y la obscuridad toma poder en las cenizas cansadas de un refulgente diamante. Sin embargo, yacer en el más profundo mar da un lucero que brilla y brilla con una intensidad que barre cualquier estigma y duda de sombras imprudentes que retuercen los sinceros corazones. Un lucero que concede vida a más soles que encuentro repartidos en recuerdos…

Una esperanza vestida de mariposa multicolor que abraza la intuición de crecer y amar.

sábado, 1 de enero de 2011

Secretos de un sin fin


Si volviésemos a vivir lo que una vez creímos extinto
¿Qué encontraremos?
Sueños desencadenados en recuerdos perdidos,
Más maravillas para nuestra niñez.
Que un corazón tenga el tamaño de un puño
No significa que sea derrotado por la tristeza.
O que la simpleza de una sonrisa sincera,
Sea acabado en un soplo del sufrimiento.

Y si volviésemos a creer en lo que una vez vivimos
¿Hallaremos esa felicidad?
Ángel de mi esperanza que reposas en mi alma
En tus alas está ese camino que necesito,
Plumas de cielos que se desvanecen en mis dedos.
Quisiera tocarlos y hallar la belleza oculta
De la flor de mis anhelos y verdades más profundas
Que he ocultado por miedo a descubrirlas.

Si intentásemos inventar un final de cuentos
¿Habrá sutiliza?
Una historia para abrazarnos con la tierra
Y cegarnos del firmamento estrellado.
Un fin para olvidarnos de nosotros mismos,
Y un comienzo para recomenzar todo.
Dar saltos en un abismo que cruje
Será posible si abriguemos las alas de la fragilidad.

Y si escribiésemos cuentos para darles su final
¿Tendremos la voluntad?
Perfectas líneas de las venas de un árbol,
Dan forma a los caminares del otoño
En su cuerpo grueso y acribillado
Que esgrimen esa vista que miro en las ventanas
De las nubes rodantes de ojos cenicientos.
¡Válgame si hallo la ilusión del fin del camino!

Regresa


Pronto se sumergió en un abismo tenue pero profundo, asestado de golpes fuertes que lo hundían en las más insólitas verdades. No quería seguir creyendo en esos tristes pasados de su niñez, ni tampoco en la cruel imagen que se le presentaban ante sus ojos, frío e insípido. Sino que, en sus pasos dados luego de tanto caer.

Pero no quería llegar esto.

Mas, ya era tarde y no podía dar marcha atrás a su desembocada actitud.

¿Qué iba hacer ahora?

La oscuridad se tornaba cada vez más difusa y penetrante y de su alma ya no había más que una pequeña luz que se difundía como granos dorados que se opacaban.

-Quédate conmigo, por favor…

Una voz lo quitó del abismo y lo atrajo veloz a una luz fuertísima que se apropió de sus sentidos. La voz lloraba en su hombro y lo retenía con ternura, como si temiese que se fuera al abismo que había estado antes.

Pero no iba volver y dejarla de nuevo.

No, ya no.

Y le devolvió el abrazo, sin importarle las heridas que emanaban de su cuerpo.

-Nunca me iré ¿Sabes? (Le susurró) Soy testarudo

 Sus ojos se encontraron y la sonrisa de ellos se topó en sus labios, con una serenata de ambulancias afligidas ante un nuevo accidente de autopista.

Intenciones sin nombre


Sonríeme un momento
Para que pueda guardarte en un recuerdo,
Llena en felicidad
Que destruya el tormento.

O hagamos un secreto
Que nos una en un abrazo y beso eternos,
Una complicidad
Que nos baste hasta el fin de los tiempos.

Quédate un poco más
Que aún no logro acostumbrarme
A estos encuentros oscuros
En la más pura luz de tus ojos…

 Y atada a tu boca
Me refugio en suspiros de manos locas
Apetito voraz
Que borra mis sensatas y largas normas.

Respiro tu aroma
Y tu calidez de dios me reconforta
Tonta sinceridad
Que estalla en un latido de cortas copas.

Quédate un poco más
Que aún no logro acostumbrarme
A estos encuentros oscuros
En la más pura luz de tus ojos
Que embriaga la pasión
De mis ocultos anhelos
De intenciones sin nombre.

Nuevos tiempos


¡Ay, qué pasa el tiempo! Un 31 que se va y un 1 que se nos viene. ¡Ay, ay! ¿Cuánto ha pasado desde que estamos sentados mirando las manecillas del reloj? Un segundo, un instante, lo suficiente como para montarlos en un saco y echarlos al lomo de los fuegos artificiales ¡Sí! Y echar otro saco a la jugarreta de las risas abrazadoras... ¡Oh, oh...! ¡Deséame un buen comienzo que yo velare el tuyo! ¡Vamos que ya empieza otra estrella en donde murió el sol y contempló la luna!

¡Ése diez ya se acerca y la cuenta ya comienza! ¡Sostengamos esa ilusión en el globo blanco! Y que así... ¡Comience otro año!