Trovadora de Sueños e ilusiones

sábado, 1 de enero de 2011

Regresa


Pronto se sumergió en un abismo tenue pero profundo, asestado de golpes fuertes que lo hundían en las más insólitas verdades. No quería seguir creyendo en esos tristes pasados de su niñez, ni tampoco en la cruel imagen que se le presentaban ante sus ojos, frío e insípido. Sino que, en sus pasos dados luego de tanto caer.

Pero no quería llegar esto.

Mas, ya era tarde y no podía dar marcha atrás a su desembocada actitud.

¿Qué iba hacer ahora?

La oscuridad se tornaba cada vez más difusa y penetrante y de su alma ya no había más que una pequeña luz que se difundía como granos dorados que se opacaban.

-Quédate conmigo, por favor…

Una voz lo quitó del abismo y lo atrajo veloz a una luz fuertísima que se apropió de sus sentidos. La voz lloraba en su hombro y lo retenía con ternura, como si temiese que se fuera al abismo que había estado antes.

Pero no iba volver y dejarla de nuevo.

No, ya no.

Y le devolvió el abrazo, sin importarle las heridas que emanaban de su cuerpo.

-Nunca me iré ¿Sabes? (Le susurró) Soy testarudo

 Sus ojos se encontraron y la sonrisa de ellos se topó en sus labios, con una serenata de ambulancias afligidas ante un nuevo accidente de autopista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario