Trovadora de Sueños e ilusiones

sábado, 19 de marzo de 2011

La imagen de nuestro reflejo


Cuando nos contemplamos delante de un espejo podemos ver una cara somnolienta, agotada y sin vida; otras veces, alegre y risueña; otras tantas melancólica, enfurecida y odiada.

De la misma forma que tenemos expresiones muy distintas e iguales entre sí en nuestro rostro, también tenemos opiniones contradictorias y armónicas que manejan nuestro mundo en un sinfín de posibilidades.

En la continua búsqueda de un camino de ladrillos amarillos que nos guíe a la felicidad, nacen otras sendas, atajos o abismos que dan un sentido significativo a la Verdad que queremos llegar. Una Verdad que nos da vida y que nos mantiene con energía nuestros intentos por hallarla. Muchas veces se nos escapa cuando la rozamos, pero bien sabemos que su presencia es lo que nos da diferencia, complejidad y legitimidad.

La Verdad que nos da identidad, la imagen que nos devuelve nuestro reflejo.

Identidad es la “Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás” como dice la Real Academia Española, identidad es nuestro sello que demarca nuestra realidad de otras realidades, es decir, la historia de una persona será distinta a la historia de otra persona.

Ahora bien, las concepciones de realidad siempre serán distintas para cada uno y la Verdad que los identifica, también. Puesto que esta es influenciada por las ideas de la época y del lugar en el que viven. Como las distintas expresiones en el rostro por los sucesos del día, van formando lo que es la persona en su identidad.

Y conforme a esto, también se desarrolla lo que es la personalidad.

La personalidad es lo que nos diferencia de uno y otros con ciertas cualidades y características. Por tanto, al idealizar nuestra identidad, también estamos creando nuestra personalidad.

Y a base de la autenticidad de seres únicos, se basa lo que son los deseos y creencias que dan vida a nuestra Verdad. Muchos quieren cambiar al mundo, otros quieren ser héroes mientras que aquellos desean más dinero y los otros, más poder. Si bien, parecen deseos y sueños demasiados reiterados, sin embargo, lo original se realiza en la forma en que estas se cumplen. Cada ser humano se forma un propósito para seguir un proyecto de vida y también una idea de cómo lograrla.

Un ejemplo son los estudiantes de educación secundaria. Muchos desean un trabajo estable y buen remunerado. Con la diferencia clara que algunos lo harán entrando a universidades, otros a institutos o, quizás, trabajando en pequeños empleos. O sea, mismo propósito pero distintos procedimientos.

Aquello es lo que los diferencia en la igualdad y lo que conforma su identidad.

Como tal, distintas imágenes para un mismo reflejo.

De esta forma, identidad es la búsqueda de un propósito para subsistir, una respuesta para responder las interrogantes que nacen en nuestra adolescencia y que se fortaleza con la edad. Una idea que nos guía entre tantas ideas, una estrella que se vuelve única entre un mar de ellas, una flor que destaca y deslumbra, una imagen de nuestro reflejo.

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